El primer acordeón 100% fabricado en Colombia fue obra de un Sanjuanero y un Sanjacintero.
Rufino Barrios Martínez y Carlos Posso Janacet
RUFINO BARRIOS MARTINEZ oriundo del corregimiento de San Agustín (San Juan Nepomuceno Bolívar) a orillas del río Magdalena, nació el 8 de enero de 1945.
Destacado como intérprete del instrumento rizado, Rufino quien se radicó en la ciudad de Sincelejo (Sucre) tiene la necesidad de buscarle acordes al instrumento que era su fiel compañero, es así como al lado de su joven esposa y su amigo y socio Carlos Posso Janaceth de San Jacinto quien llega a la ciudad de Sincelejo a vivir por cuestiones de trabajo, pues es ingeniero civil, Por ser amigo del técnico, era su asiduo visitante para mirar de cerca como Rufino desarrollaba su oficio, a él le encantaba esto de los acordeones, además de que ya tenía en su mente la idea de hacer un acordeón distinto, con un nuevo sonido y con una nueva imagen. Con la nueva idea, buscaban desestabilizar el mercado normal del instrumento, con un nuevo estilo que impactara, como realmente lo lograron.
Entre charlas del día a día, en sus visitas a Rufino, compartiendo ideas, se consolidó el proyecto de montar la primera fábrica de acordeones de Colombia, al que le colocaron el nombre de las tres primeras letras de sus apellidos, “Barpos”, Barrios, Posso. “Barpos”, era la marca oficial de las nuevas y lujosas acordeones,
Se pusieron manos a la obra y de inmediato compraron los equipos requeridos para jalonar a su nueva empresa, compraron sierras, taladros, madera, láminas de acero y herramientas menores.
Un tío de Rufino Barrios se encarga de confeccionar todo lo que tenía que ver con madera. El señor Clemente Barrios Martínez, hermano de Rufino y otras personas que se sumaron a la empresa colocaban el nácar. montar su propio taller de reparación en el garaje de su casa y muy curioso en el arte va confeccionando sus propios acordeones, entonces nace la FÁBRICA DE ACORDEONES BARPOS la primera con sello Colombiano.
Pero era necesario darse a conocer, y como buen intérprete del acordeón Rufino se inscribe para participar en el Festival De La Leyenda Vallenata del año 1990, no para ganarse el anhelado concurso sino para mostrar su creación.
Es así que luego de hacer su presentación Rufino pide permiso, subió a la tarima con el maletín y fue sacando una a una los centenares de piezas que integran un acordeón. Pitos, combustibles, mecanismos, violinas y decorados. Él iba narrando cómo las hacía en Sincelejo en moldes artesanales y como le competencia a la Hohner alemana. Los periodistas le cayeron encima, fue la noticia del festival, como un acordeonista Sanjuanero le competía a la respetable fábrica de acordeones Hohner, los hacía en la tonalidad que le pidiera el cliente y decorados al gusto, el maestro Calixto Ochoa quien era su vecino les hacía el control de calidad. La fábrica de acordeones BARPOS cogió fama nacional e internacional, destacados Acordeoneros como Colacho Mendoza, Emilianito Zuleta, Israel Romero comenzó a hacerle pedidos, ya Rufino no andaba de parranda interpretando sus canciones, su fama había crecido y la demanda de acordeones le exigía tiempo completo en su pequeña fábrica.
La muerte sorprende a Rufino el 20 de octubre del año 1999 cuando se desplazaba en su vehículo, la camioneta cae a un arroyo y muere ahogado.
Su joven esposa quien aprendió el arte queda junto a sus tres hijos encargada de seguir fabricando acordeones. Hoy todos la conocen como la primera mujer en Colombia que se dedica a éste oficio.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario